Juegos Olímpicos, adrenalina y sacrificio

Por: Tomás Fontana (@fontanatomass)

Cuando a fines del siglo XIX Pierre de Coubertin daba forma e inicio a los Juegos Olímpicos Modernos, su ideal poseía, como desenlace, lo que estamos viviendo en estos Juegos de Londres.Los Juegos Olímpicos despiertan sentimientos que ningún otro acontecimiento a nivel mundial y deportivo llega a transmitir. La hermandad, el esfuerzo y el sacrificio dan muestras claras de lo importante y representativo que es estar en un evento de esta magnitud.Las lágrimas de Paula Pareto, la tristeza de Liu Song, la emoción de Ye Shiwen (nadadora china ganadora de 2 medallas de oro con tan sólo 16 años), dan muestras claras de la adrenalina que corre en los atletas y en los espectadores que consumen la conmoción del torneo.

Existen infinidad de sucesos deportivos, como el Mundial de fútbol, que se comparan con los Juegos Olímpicos. El Mundial es un hecho único donde se disputa el honor, la bandera, el orgullo, pero no el sacrificio y la hermandad. En los Juegos Olímpicos se pueden encontrar infinidad de historias en las que los atletas se sacrifican y resignan cuestiones personales para llegar al acontecimiento de los cinco anillos. Los mismos atletas se alientan y la competencia es sana y espiritual, lo que hace mayor aun benigna y cristalina una competencia que genera nostalgia y ambición.Todos los deportes tienen como máximo evento los Juegos Olímpicos. La excepción a la regla es el deporte viciado por el negocio, donde la plata lo puede todo y, en ese contexto, llegar a un Juego Olímpico se torna una anécdota; tal es el caso del fútbol, un técnico argentino, luego de quedar eliminado, expresaría ante los micrófonos que lo importante era la clasificación al Mundial y no a los Juegos Olímpicos.

Ahora que el bicampeón no compite y los Juegos están en marcha, da cada vez más bronca saber que hay gente que no toma el evento con la seriedad que se requiere y no observa a aquellos deportistas que se sacrifican día a día para llegar a él (como el caso de Paula Pareto, Alberto Melián, Brian Toledo, Germán Lauro, Patricia Bermúdez y los chicos de Handball, entre otros).
Pero no vale la pena seguir hablando de aquellos que no lo disfrutan, y sí destacar a aquellos que se esfuerzan. La Argentina aún sin medallas, pareciera estar cruzada con la mala suerte. No obstante, el espíritu, la pasión y el corazón seguro nos traerán mayores logros y felicidades que tristezas y decepciones. Es por ello, que no hay que tomarse estos Juegos como una desilusión sino como un punto de partida para comenzar a hacer bien las cosas, ya que la creación del ENAR es muy reciente y los resultados se verán a futuro.

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